Nos dejó su último poema y silenció su pluma... no su voz, que sigue resonando fuerte.
Juan Gelman se despidió del mundo, de su azarosa existencia, de su búsqueda incesante.
Para decir adiós a un poeta no hay más que dar vida a sus palabras.
Hasta siempre Juan Gelman.
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
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