viernes, 22 de marzo de 2024

Escucho las palabras



La poesía es diálogo
de conocimiento.
Palabra viva
evidenciando el sentido último, la estructura de la emoción,
la permanencia de lo insólito.
Por las noches, escucho las palabras abrir las puertas de la casa,
andar por la sala,
salir un momento a la terraza y respirar con libertad.
Es cuando escojo los vocablos
y los pronuncio parsimoniosamente
y, tomándolos de la mano, los coloco en su sitio.

Blas de Otero

jueves, 7 de marzo de 2024

Tierra viva

Autorretrato con collar de espinas y colibrí / Frida Kahlo
                    

     Con gérmenes de vidas,
con residuos,
con fragmentos de muertes,
vivo.
He nacido de un día
en que el sol incendiaba
la clara primavera.
Con las lilas, las ramas,
con las tiernas
bestezuelas hinchadas de alegría.
De un calor y de un limo.
De un varón y una hembra.
Yo, súbita alimaña de la luz.
Yo, súbito pedazo de la tierra.
(Tierra mágica, tierra interminable,
tierra de signos, honda.
Tierra nueva.)
Mixta yo de raíces
y de voces aéreas,
y de resurrecciones,
y de fieras, remotas
inocencias telúricas...
     Me afirmo vertical
en el aire purísimo,
compacta tolvanera
de la tierra más áspera,
hoy que trae la lluvia
sus ángeles disueltos
para podar extensas llamaradas.
Yo soy del fresco mundo
recién creado, tierra.
Tierra con gozo y con orgullo.
Viva.

     María Beneyto

viernes, 1 de marzo de 2024

Si me preguntas por las cinacinas


Cinacina / Jardín Botánico de Paysandú


Si me preguntas por las cinacinas,
te hablaré de los ojos de las chinas;
si me preguntas por las sierras claras,
te pediría que me acompañaras.

Aquél es un zorzal, éste un hornero.
Pregúntame por todo lo que quiero;
por la mujer, pregúntame, y el hombre;
amigos todos sin saber su nombre.

Campo de piedra gris, sombra de toro
y las barras del día, barras de oro.
Con la fresca ensillemos y al camino,
a montear, en picada de Quirino,
o al Batoví, donde la Virgen duerme,
india de tierra y, como tierra, inerme.

Soy un cantor que canta para adentro,
mas en todos los pájaros me encuentro;
oye al dorado, escúchalo al jilguero,
ellos te dicen dónde te quiero.

Campos azules de la madrugada,
las nubecillas de la borregada,
el humito del rancho y las gallinas;
si me preguntas por las cinacinas...

Aquí se sella la amistad a mano,
bajo el ancho sombrero del paisano,
en medio de la noche, tan sombría.
dame un tordillo para hallar el día.

Washington Benavides