martes, 26 de enero de 2016

Revancha



Me amarga y me consuela que mañana
cuando a cerrar se empiece esta mi herida
yo te veré pasar junto a mi vida
con tu dicha pequeña y cotidiana.

Mi consuelo será juzgar tu vana
biografía menuda y repetida
y volverme a mirar mi alma escogida,
del verso y de sí misma soberana.

Mas, ¡ay!, que libre y todo, e insobornable
esta fría altivez de nieve y cielo
el dolor de estar solo no me engaña.

...Y, otra vez, al destino irremediable
de no saber tener otro consuelo
que el que me pueda dar mi propia entraña.

(26 de enero de 1926 - 6 de junio de 1996)

Publicado en Garcilaso, octubre de 1943

lunes, 18 de enero de 2016

El diamante



Puede una gota de lodo 
sobre un diamante caer; 
puede también de este modo 
su fulgor oscurecer; 
pero aunque el diamante todo 
se encuentre de fango lleno, 
el valor que lo hace bueno 
no perderá ni un instante, 
y ha de ser siempre diamante 
por más que lo manche el cieno.

Rubén Darío
(18 de enero de 1867 - 6 de febrero de 1916)

jueves, 14 de enero de 2016

El juego en que andamos


"No sé por qué te amo.
Sé que por eso te amo".



Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos, 
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
este amor con que odio, 
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores, 
que me juego la muerte.

martes, 5 de enero de 2016

Los Reyes Magos



-¡Si vos no te portás bien, 
le digo a los Reyes Magos 
que te dejen sin regalo 
y te quedás sin el tren!... 
Es que mi vieja, también, 
un poco se aprovechaba... 
porque esa noche llegaban 
los tres Reyes de Belén 

La carta la había mandado 
sin faltas de ortografía, 
así los reyes veían 
de que era un chico aplicado. 
Hice todos los mandados, 
me lavé hasta las orejas, 
porque ese día mi vieja 
me tenía acorralado. 

La luna hacía brillar 
el lustre de mis zapatos... 
y si ellos fueran chicatos 
¿quién les podía avisar? 
Por eso al irme a acostar, 
puse la almohada a los pies 
y me acosté del revés 
para poder vigilar... 

¡Cuando mas lo precisaba 
me vengo a quedar dormido! 
Me desperté a los maullidos 
del gato de la encargada... 
Ya entraba la madrugada 
de un radiante seis de Enero, 
y un trencito, el más diquero, 
del umbral me saludaba... 

Lo habían dejado de frente 
ya listo para marchar... 
con él me iba a despertar 
a mi madre alegremente 
¡Qué alegría que uno siente! 
-explicarlo yo no puedo- 
¡unas ganas de ser bueno, 
de ser bueno hasta la muerte! 

Al que dejaron sin nada 
fue al hijo de la de al lado... 
¡Cómo se habrían olvidado! 
Siempre "muy bueno" sacaba... 
Con nosotros no jugaba 
porque en seguida tosía, 
y los reyes no sabían 
que el padre no trabajaba... 

Yo comprendí su dolor 
cuando me vio con el tren: 
se acercó a mirarlo bien 
y después lo acarició.... 
A mí me daba calor 
de que me viera jugar 
y en casa lo invité a entrar 
y él también se divirtió... 

¡Cuántos Reyes han pasado 
por la puerta de mi vida, 
y a ml alma dolorida 
cuántas veces la he dejado 
como un zapato gastado 
esperando a su Melchor, 
que le dejara el amor 
para un mundo envenenado! 

Esta noche por los cielos 
llegarán los Reyes Magos; 
vendrán trayendo regalos 
a los chicos que son buenos, 
pero hay otros pibes buenos 
en otro lado de la tierra, 
que por culpa de una guerra.. 
¡no han de pasar los camellos! 

Señor: yo aprendí a rezar 
arrodillado con mi vieja; 
si nunca te fui con quejas 
hoy me tenés que escuchar: 
¿Por qué tienen que pagar 
esos pibes inocentes, 
de que en el mundo haya gente 
que sólo piensa en matar? 

Ellos ¿qué saben de guerras?... 
¡ellos quieren Reyes Magos! 
¡y ellos en vez de regalos 
tienen un miedo que aterra! 
Si vos pararas la guerra, 
pasarían los camellos. 
¡Yo te lo pido por ellos! 
¡por los pibes de mi tierra!