viernes, 25 de marzo de 2022

Poema a las tres



Cae un silencio gris en la vereda

Camino en soledad la madrugada,

Hay misterios deformes en la niebla...

Y está la noche inmóvil, desmayada.

 

La calle cruza triste las esquinas

Se estiran las paredes en las sombras.

Otoño llora muertes repetidas

En el final caduco de las hojas.

 

La plaza guarda hileras de secretos

Sobre la imagen vacía de los bancos,

En muda sucesión de juramentos

Grabados al amor en garabatos.

 

La vida más allá de las ventanas

Se esconde tras el sueño de los días.

Latiendo con las tres de la mañana

Reposa la ciudad... adormecida. 


Con paso de boliche mi bohemia

Me lleva calle abajo, hacia la nada.

Oculta en las cenizas de la niebla

Camina junto a mí la madrugada.


Enrique Silva

viernes, 18 de marzo de 2022

Piedra negra sobre una piedra blanca


Me moriré en París con aguacero,
un día del cual ya tengo recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro–
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves que proso,
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…

viernes, 11 de marzo de 2022

La canción y el poema

                                                                                 

Hoy que el tiempo ya pasó,
hoy que ya pasó la vida,
hoy que me río si pienso,
hoy que olvidé aquellos días,
no sé por qué me despierto
algunas noches vacías
oyendo una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir –ahora– de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería,
quisiera morir, quisiera… de amor,
para que supieras…

Algunas noches de paz,
–si es que las hay todavía–
pasando como sin mí
por esas calles vacías,
entre la sombra acechante
y un triste olor de glicinas,
escucho una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir –ahora– de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería;
quisiera morir, quisiera… de amor,
para que supieras…

Alfredo Zitarrosa

viernes, 4 de marzo de 2022

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros

 


Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso
de mí murmuran y exclaman:
Ahí va la loca soñando
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de mi vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

Rosalía de Castro