viernes, 29 de agosto de 2014

Es verdad


¡Ay qué trabajo me cuesta 
quererte como te quiero!


Por tu amor me duele el aire, 
el corazón 
y el sombrero.


¿Quién me compraría a mí 
este cintillo que tengo 
y esta tristeza de hilo 
blanco, para hacer pañuelos?


¡Ay qué trabajo me cuesta 
quererte como te quiero!

junio 1898 - agosto 1936 

viernes, 22 de agosto de 2014


Que otros se jacten de las páginas que han escrito; 
a mí me enorgullecen las que he leído. 
No habré sido un filólogo, 
no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras, 
la de que se endurece en te, 
la equivalencia de la ge y de la ka, 
pero a lo largo de mis años he profesado 
la pasión del lenguaje. 
Mis noches están llenas de Virgilio; 
haber sabido y haber olvidado el latín 
es una posesión, porque el olvido 
es una de las formas de la memoria, su vago sótano, 
la otra cara secreta de la moneda. 
Cuando en mis ojos se borraron 
las vanas apariencias queridas, 
los rostros y la página, 
me di al estudio del lenguaje de hierro 
que usaron mis mayores para cantar 
espadas y soledades, 
y ahora, a través de siete siglos, 
desde la Última Thule, 
tu voz me llega, Snorri Sturluson. 
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa 
y lo hace en pos de un conocimiento preciso; 
a mis años, toda empresa es una aventura 
que linda con la noche. 
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte, 
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd; 
la tarea que emprendo es ilimitada 
y ha de acompañarme hasta el fin, 
no menos misteriosa que el universo 
y que yo, el aprendiz.

agosto 1899 - junio 1986

viernes, 15 de agosto de 2014

Canción del jardinero


Mírenme, soy feliz
entre las hojas que cantan
cuando atraviesa el jardín
el viento en monopatín.

Cuando voy a dormir,
cierro los ojos y sueño
con el olor de un país
florecido para mí.

Yo no soy un bailarín
porque me gusta quedarme
quieto en la tierra y sentir
que mis pies tienen raíz.


Una vez estudié
en un librito de yuyo
cosas que sólo yo sé
y que nunca olvidaré.

Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita,
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel.

Del jardín soy duende fiel:
cuando una flor está triste,
la pinto con un pincel
y le toco el cascabel.

Soy guardián y doctor
de una pandilla de flores
que juegan al dominó
y después les da la tos.

Por aquí anda Dios
con regadera de lluvia
o disfrazado de sol
asomando a su balcón.

Yo no soy un gran señor,
pero en mi cielo de tierra
cuido el tesoro mejor:
mucho, mucho, mucho amor.

martes, 12 de agosto de 2014

Oh Captain! My captain!

Dead Poets Society

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:

Pero ¡Oh corazón!¡Corazón!¡Corazón!
oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta,
caído muerto y frío.

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti, por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas;
Por ti te llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes;

¡Aquí Capitán!¡Querido padre!
Este brazo bajo tu cabeza;
Es como un sueño sobre la cubierta,
Has caído muerto y frío.

Mi capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
El barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
De un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado;

Exultamos, ¡oh costas y tañidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada
Camino en cubierta donde está mi Capitán
Caído muerto y frío.
Walt Whitman

jueves, 7 de agosto de 2014

¿A dónde van las palabras que no se dicen?

Fragmento del poema Soledades de Mario Benedetti


Cuando nuestros ojos se encontraron a través del seto, 
pensé que iba a decirle alguna cosa; pero ella se fue. 
Y la palabra que yo tenía que decirle se mece día y noche,
como una barca, sobre la ola de cada hora.
Parece que navega en las nubes de otoño, en un ansia sin fin; 
que florece en flores de anochecer, 
y busca en la puesta del sol su momento perdido.
Chispeaba la palabra, como las luciérnagas, por mi corazón, 
buscando su sentido en el crepúsculo de la desesperanza; 
la palabra que yo tenía que decirle.

(7 de mayo de 1861 - 7 de agosto de 1941)

martes, 5 de agosto de 2014

Angelitos negros



--Ay, compadrito del alma,
¡Tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
se me murió mi negrito;
dios lo tendría dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito de Cielo. 

--Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros. 

Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro. 

Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros. 

¿No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo?
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo. 

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negro,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.

(6 de agosto de 1897 – 21 de mayo de 1955)

viernes, 1 de agosto de 2014

Toco tu boca

" Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja..."

Fragmento de Rayuela
Julio Cortázar
agosto 1914 - febrero 1984