viernes, 23 de febrero de 2024

Ya casi se me fue la tarde...


Juan Cunha y su esposa Wilda Belura


Ya casi se me fue la tarde mira
Como decir un vuelo un aire nada
No más un ademán una mirada
Y lo demás se calla y se suspira

Viene la brisa vase vuelve gira
Se entretiene un momento de pasada
Y es tan breve la dulce luz dorada
Y tan hermosa es quién no delira

Mas casi se me fue y no sabré cómo
Pronto no la veré cuando me asomo
Ya no sabré y adónde diré adónde

Por dónde se alejó por cuál recodo
No la veré al momento y será todo
No está diré ni sé dónde se esconde

                          Juan Cunha

viernes, 16 de febrero de 2024

Sinfonía en rojo



Roja, toda roja vi siempre la vida; 

como una inmensa hoguera 

donde quemaba bien 

mi pobre corazón, rojo también. 

Todo rojo el camino, 

todo rojo el sendero 

a seguir 

y el día a vivir. 

y rojo el mundo entero. 

Rojo de amor, 

y de dolor 

y de horror… 

En ese vasto incendio 

(brasa, flama, carbunclo), 

que todo centelleante apareció, 

en esa luminaria, 

¿qué había de ser yo, 

alma furtiva 

y temeraria, 

qué había de ser yo 

sino una llama viva? 

Elisabeth Mulder

viernes, 9 de febrero de 2024

Carnaval

 

 

 

 

 

 


Bella ficción de reinas y de reyes…
Oh, carnaval, alegre carnaval,
que unces tus yuntas de mejores bueyes
y aras la carne en el vaivén del vals.

Arado que revuelcas corazones,
en surcos de dolor y de placer,
y arrancas las raíces y tocones,
que dejaron las siembras del ayer.

Queda, desnuda, la cachonda era,
apta para la nueva primavera,
que vaticina el grito del amor.

Grito y clarín de la fecunda guerra
en que hasta las lombrices de la tierra
sueñan el sueño de la flor.

Luis Llorens Torres

viernes, 2 de febrero de 2024

Esencia


Esencia
Nunca nombrarla, nunca.
Ni callarla siquiera.
Solamente crecer de sus raíces
con asombrado llanto.
Ser y morir tan solo
para justificarla
como naturaleza
y sumisa costumbre.
 
Madurará con pausa
y exactitud de necesaria estrella
y solo incertidumbres
me probarán su órbita,
su doloroso amor, su cumplimiento.
Será un desgarramiento
elemental, constante.
Desesperada espera
—lo sé—desesperada.
 
Y sin embargo, nada
persistirá más cierto
que su sabiduría,
que sus sencillas fiestas.
Como el rosal seguro de la rosa.
 
Y yo seré la sombra
de su florecimiento,
yo viviré acatando
su voz y su silencio,
en indefensa tierra,
irrenunciablemente.

María Elena Walsh