La calle,
árbol azul
jacarandá tatuado de horizonte
pleno
de hojas
exhalaciones
y palabras deshechas
en un fue, es o será.
La calle,
árbol azul
inicia su luz
en el espacio
de límites distintos
donde moran
los fantasmas
de esquivos ojos interrogantes,
insomnes
miran
estremecer
la diástole y la sístole
de antiguos relojes.
Miran
marchitar el tiempo
en sus viajes transitorios,
soportan
el contrapunto de historias que habitan
en el húmedo
trayecto de los párpados.