viernes, 26 de noviembre de 2021

Acuérdate del pan

 


Acuérdate del pan,
no olvides aquella cera oscura
que hay que tender en las maderas,
ni la canela guarneciente,
ni otras especias necesarias.
Corre, corrige, vela,
verifica cada rito doméstico.
Atenida a la sal, a la miel,
a la harina, al vino inútil,
pisa sin más la inclinación ociosa,
la ardiente grita de tu cuerpo.
Pasa, por esta misma aguja enhebradora,
tarde tras tarde,
entre una tela y otra,
el agridulce sueño,
las porciones de cielo destrozado.
Y que siempre entre manos un ovillo
interminablemente se devane
como en las vueltas de otro laberinto.

Pero no pienses,
no procures,
teje.

De poco vale hacer memoria,
buscar favor entre los mitos.
Ariadna eres sin rescate
y sin constelación que te corone.

Ida Vitale

viernes, 19 de noviembre de 2021

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Las palabras son espectros...

                    

Las palabras son espectros
piedras abracadabras 
que saltan los sellos
de la memoria antigua

Y los poetas celebran la fiesta
del lenguaje
bajo el peso de la invocación

Los poetas inflaman las hogueras
que iluminan los rostros eternos
de los viejos ídolos

Cuando los sellos saltan
el hombre descubre
la huella de sus antepasados

El futuro es la sombra del pasado
en los rojos rescoldos de un fuego
venido de lejos,
no se sabe de dónde.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Y seré lo que soy

Las manos de la ternura / Oswaldo Guayasmin

Ay, tierra mía, 
nacida entre mis manos
y atada a mí!
Yo me olvidaba en ti!...

A veces
— oh qué profunda aspiración del Día —
me aislaba entre tus sombras
como un lirio de paz.

Y luego...
renacía
en la nostalgia mía
florecida en tus campos
ay!
en los lirios sufrientes.

Así,
un día,
yo vi que tú tenías
el pan
para mi hambre.
Y el agua
para mi sed.
Y apuré tu alimento tenebroso...
y te llevé conmigo
al florecer! 

Hoy,
— en diáfanos delirios —
se perfuman de música tus lirios
y al crecer...
mi vestido en tus pétalos, se irisa
de místico placer.

¡Ay, tierra mía,
nacida entre mis manos
y sufrida por mí!
Ya me comprendo en ti.

Tierra mía!
En tus flores sonoras crecerá la armonía.

… Tu destino es el mío
y seré lo que soy.
Alegría!…