viernes, 14 de diciembre de 2018

Luna mía de ayer, hoy de mi olvido

Gaucho y estancia con luna / Jorge Damiani. 

Luna mía de ayer, hoy de mi olvido, 
Ven esta noche a mí, baja a la tierra, 
Y en vez de ser hoy luna de la guerra, 
Sélo tan sólo de mi amor dormido. 

Dale en tu luz el reno perseguido 
Que por los yelos de tus ojos yerra, 
Y dile, si tu lumbre lo destierra, 
Que será lana su destierro y nido. 

Tiempos de horror en que la sangre habita 
Obligatoriamente separada 
De la linde natal de su terreno. 

¡Ay luna de mi olvido, tu visita 
no me despierte el labio de la espada, 
sí el de mi amor, guardado por tu reno!

viernes, 7 de diciembre de 2018

Árbol

Parque de la Facultad de Agronomía

Árbol, yo ya sabía que eras hermano mío.
Hacia los cielos vamos en claro florecer.,.
Y tus ramas audaces, hallaron el rocío
en el cristal y el ámbar, luz de mi amanecer...
¡Árbol, yo ya sabía que eras hermano mío!

En ti hay, a momentos, más pájaros que hojas
Y eres en primavera mágico surtidor.
Y en mí, ¡qué profusión de rosas, blancas, rojas, 
Y qué acento en mi lírico manantial interior!

Los dos brindamos, árbol, savia joven y nueva. 
Y por nosotros corre un idéntico río
de emoción, y sabemos en las nieves de prueba 
aguardar libremente el calor de otro estío.

Hacia lo azul, el mismo impulso azul nos lleva...
Árbol, yo ya sabía que eras hermano mío.

viernes, 30 de noviembre de 2018

La gaviota


Corrían los días de a fines de guerra
había un soldado regresando intacto:
intacto del frío mortal de la tierra,
intacto de flores de horror en su cuarto.

Elevó los ojos, respiró profundo,
la palabra cielo se hizo en su boca
y como si no hubiera más en el mundo
por el firmamento pasó una gaviota.

Gaviota, gaviota, vals del equilibrio,
cadencia increíble, llamada en el hombro.
Gaviota, gaviota, blancura de lirio,
aire y bailarina, gaviota de asombro.

¿A dónde te marchas, canción de la brisa,
tan rápida, tan detenida,
disparo en la sien y metralla en la risa,
gaviota que pasa y se lleva la vida?

Corrían los días de a fines de guerra,
pasó una gaviota volando, volando
lento, como un tiempo de amor que se cierra,
imperio de ala, de cielo y de cuándo.

Gaviota, gaviota, vals del equilibrio,
cadencia increíble, llamada en el hombro.
Gaviota, gaviota, blancura de lirio,
aire y bailarina, gaviota de asombro.

Corrían los días de a fines de guerra,
pasó una gaviota volando
y el que anduvo intacto rodó por la tierra:
huérfano, desnudo, herido, sangrando.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Fortuna

Mujer afgana / Irene Metetieri.

Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.

Ida Vitale

lunes, 19 de noviembre de 2018

Este mundo


Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su grave tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas aguardo
la lluvia, el fuego
desencadenados.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más allá
promesas, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Serás, amor...

Dans le jardin / Pierre-Auguste Renoir

¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el mismo encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y solo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo:
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan,
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el lugar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales.
Es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara
y que lo más seguro es el adiós.

jueves, 1 de noviembre de 2018

La realidad



No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Son las cosas estrictas que tocamos
las que nos prestan su difícil música.

Difícil, sí, difícil es alzarse
desde el silencio de la pena abrupta
y tocar con los dedos aún heridos
estas candentes realidades duras.

Pero lo mismo que esos pobres árboles
frente a los brazos del otoño luchan,
hemos de defender hoja por hoja
la rama viva que nos da la fruta

de la esperanza, que hace cada día.
esa naranja un poco más madura.
Contra el inevitable helor del tiempo
que con tus amantes manos la recubran.

No. No es el sueño. Es esta vida diaria
la que hay que comenzar de nuevo. Busca
en mí el esfuerzo y la sonrisa. Míralos.
(Aunque los finja Por vencer tu duda.)

Porque era esto lo que contenía
aquella caja de sorpresas...
Nunca
podremos ya volver atrás. La tarde
sombra a nuestras espaldas acumula.

viernes, 26 de octubre de 2018

El intruso

 


Amor, la noche estaba trágica y sollozante
cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;
bebieron en mi copa tus labios de frescura;
y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me encantó tu descaro y adoré tu locura.

¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;
y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

y tiemblo si tu mano toca la cerradura;
y bendigo la noche sollozante y oscura
que floreció en mi vida tu boca tempranera!

viernes, 19 de octubre de 2018

Tú me miras, amor...


Tú me miras, amor, al fin me miras
de frente, tú me miras y te entregas
y de tus ojos líricos trasiegas
tu inocencia a los míos. No retiras

tu onda y onda dulcísima, mentiras
que yo soñaba y son verdad, no juegas.
Me miras ya sin ver, mirando a ciegas
tu propio amor que en mi mirar respiras.

No ves mis ojos, no mi amor de fuente,
miras para no ver, miras cantando
cantas mirando, oh música del cielo.

Oh mi ciega del alma, incandescente,
mi melodía en que mi ser revelo.
Tú me miras, amor, me estás mirando.

viernes, 12 de octubre de 2018

Mis ojos...

Miguel Hernández y Josefina Manresa

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos, 
que son dos hormigueros solitarios, 
y son mis manos sin las tuyas varios 
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos, 
que me llenan de dulces campanarios, 
sin ti mis pensamientos son calvarios 
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento, 
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, 
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento 
y la olvidada imagen de tu huella, 
que en ti principia, amor, y en mí termina.

viernes, 5 de octubre de 2018

Temo girar los ojos y no verte


Hoy encuentro, temblando ya y vacía,
la casa que los dos desperdiciamos
y el vago sueño del que despertamos
sin habernos dormido todavía.

Acordarse del agua en la sequía
no hace brotar ni florecer los ramos.
¿Dónde estás, dónde estoy, y dónde estamos?
¿Qué fue del mundo cuando amanecía?

Hoy me pasa el amor de parte a parte.
Temo encontrarte y no reconocerte.
Temo extender la mano y no tocarte.

Temo girar los ojos y no verte.
Temo gritar tu nombre y no nombrarte...
Temo estar caminando por la muerte.

viernes, 28 de septiembre de 2018

No es el amor quien muere...

Luis Cernuda en Ronda, 1934

No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Sobre los muros

Pipas / Candido Portinari. 1941.

Hoy subo veinte cometas. 
¡Sobre los muros 
Veinte cometas!

Debajo de un muro triste 
estaba mi corazón.
Como un avaro oculto contando su dinero, 
estaba mi corazón.
¿Como un avaro o como un prisionero? 
Ah...

¡Júbilo marinero!
no más muro carcelero
ni corazón prisionero.
Ya sobre los viejos muros,
está mi corazón.
Y sobre el muro que el hombre
puso al hombre
está mi corazón.

Sube mi corazón, cometa mía. 
Roja lágrima, encendida en el día 
y en el día latiendo amaneceres. 
¡Sube! ¡Mi corazón...!

viernes, 14 de septiembre de 2018

La inocencia

Autorretrato / L. E. Aute

A estas intempestades de la travesía,
con viento en proa y sin cuaderno
de bitácora al timón,
quiero creer que aún existe algún vigía
que espere, tras el horizonte,
una asombrosa aparición.
Porque si es cierto
que no quedan singladuras
que lleven a otros faros lejos
del tesoro en el arcón,
pongamos rumbo al puerto de las sepulturas
donde reposa la otra luz,
la que dio vida al corazón...

Porque vivir
no es más que una inconfesada delincuencia
cuando no queda ni la incandescencia
del fuego que se fue
la inocencia, la inocencia...

Y cuando la mirada es sólo un catalejo
para viajar por laberintos
donde el dato es religión,
aún creo en la pregunta , que hay tras el espejo
en donde se produce la osadía
de la Reflexión.
Porque si es cierto que sólo existe lo cierto
y que los sueños son el aire
que le dio la sinrazón,
levantaré una gran columna en el desierto
para soñar que soy un sueño
y que los sueños , sueños son...

viernes, 7 de septiembre de 2018

Esperanza

Paisaje al atardecer / Vincent Van Gogh.

Esperanza, 
araña negra del atardecer. 
Te paras 
no lejos de mi cuerpo 
abandonado, andas 
en torno a mí, 
tejiendo, rápida, 
inconsistentes hilos invisibles, 
te acercas, obstinada, 
y me acaricias casi con tu sombra 
pesada 
y leve a un tiempo. 
Agazapada 
bajo las piedras y las horas, 
esperaste, paciente, la llegada 
de esta tarde 
en la que nada 
es ya posible... 
Mi corazón: 
tu nido. 
Muerde en él, esperanza.

viernes, 31 de agosto de 2018

El deseo

Mar de Jávea / Joaquín Sorolla

El mar frente a mí, y en mí
las incandescentes playas.
Deliro, pero no tanto
que no sepa quién me llama,
quién combate mis orillas,
quién amontona las algas,
quién sisea, rumia y gime
por promontorios y calas;
quién está dando extensión
a esta llanura sin ramas,
a esta sed inextinguible
de anegarse.
¿Lloras? ¿Cantas?
¿Estás llorando de veras?
¿No es mentira que lo cantas?
¿Es que puede haber un mar
que no rompa en una playa?
Y esta playa existe, soy:
este mar existe, brama,
y esas arenas se extienden
calcáreas y milenarias.
¿Quién contará las arenas,
las arenillas? ¡Contadlas!
Contadme. Sabed quién soy,
de una vez. No miento. Basta.

viernes, 24 de agosto de 2018

La calle en sombra

Carrera del Darro, Darío de Regoyos


La calle en sombra. Ocultan los altos caserones
el sol que muere; hay ecos de luz en los balcones.

¿No ves, en el encanto del mirador florido,
el óvalo rosado de un rostro conocido?

La imagen; tras el vidrio de equívoco reflejo,
surge o se apaga como daguerrotipo viejo.

Suena en la calle sólo el ruido de tu paso;
se extinguen lentamente los ecos del ocaso.

¡Oh angustia! Pesa y duele el corazón. ¿Es ella?
No puede ser... Camina... En el azul la estrella.

viernes, 17 de agosto de 2018

Ni me entiendo ni me entienden



Ni me entiendo ni me entienden;

ni me sirve alma ni sangre; 

lo que veo con mis ojos 

no lo quiero para nadie. 


Todo es extraño a mí misma, 

hasta la luz, hasta el aire, 

porque ni acierto a mirarla; 

ni sé cómo respirarle. 


Y si miro hacia la sombra 

donde la luz se deshace, 

temo también deshacerme 

y entre la sombra quedarme 

confundida para siempre 

en ese misterio grande.

viernes, 10 de agosto de 2018

El amor es como la música


El amor es como la música,
me devuelve con las manos vacías,
con el tiempo que se enciende de golpe
fuera del paraíso.
Conozco una isla,
mis recuerdos,
y una música futura,
la promesa.

Y voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.

viernes, 3 de agosto de 2018

Pueblos


En los pueblos pequeños
las tareas del hombre son sencillas,
la esperanza

El pueblo no repara
si es tregua o desamparo
Pertenecemos a un mundo
más vasto que nosotros

Piedad; estilo alto del silencio alto
las manos que sostienen la certeza
de los lugares diarios

Hacer es estar solos
con el sueño de todos cuando duermen,
a veces, aún más solos:
Construir es la única decencia, eso es saber.
La novedad que insiste
hasta el estado de naturaleza

El prolongado camino de las explicaciones
la historia no es un tiempo, son fragmentos,
de la inocencia imposible de por qué o para qué
El día que la palabra cuenta
no da cuenta del día: recortes,
de las buenas, trozos de una dirección;
desatención
u ocultamiento atento de su identidad.

Apenas la poesía es reconocimiento, los derrotados,
son la realidad

La palabra que cuenta en cada instancia
es el silencio doble de su compañía,
el aliento que pesa
el amor vuelto a casa
la noche desigual. La actual viveza de,
aquella y esta
noche desigual.

viernes, 27 de julio de 2018

Cerrando los ojos

Retrato de Manuel Altolaguirre por José Moreno Villa, 1949. 

Huyo del mal que me enoja
buscando el bien que me falta.
Más que las penas que tengo
me duelen las esperanzas.

Tempestades de deseos
contra los muros del alba
rompen sus olas. Me ciegan
los tumultos que levantan.

Nido en el mar. Cuna a flote.
La flor que lucha en el agua
me sostiene mar adentro

y mar afuera me lanza.
Cierro los ojos y miro
el tiempo interior que canta.

viernes, 20 de julio de 2018

La luna blanca...

Estancia con luna / Jorge Damiani

La luna blanca... y el frío...
y el dulce corazón mío
tan lejano... tan lejano...

¡tanto distante su mano...!

La luna blanca, y el frío
y el dulce corazón mío
tan lejano...

Y vagas notas del piano...
Del bosque un aroma arcano...
Y el remurmurar del río...

Y el dulce corazón mío
tan lejano...!


viernes, 13 de julio de 2018

Barrio sin luz














¿Se va la poesía de las cosas 
o no la puede condensar mi vida? 
Ayer —mirando el último crepúsculo— 
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.

Las ciudades —hollines y venganzas—, 
la cochinada gris de los suburbios, 
la oficina que encorva las espaldas, 
el jefe de ojos turbios.

Sangre de un arrebol sobre los cerros, 
sangre sobre las calles y las plazas, 
dolor de corazones rotos, 
podre de hastíos y de lágrimas.

Un río abraza el arrabal 
como una mano helada que tienta en las tinieblas: 
sobre sus aguas se avergüenzan 
de verse las estrellas.

Y las casas que esconden los deseos 
detrás de las ventanas luminosas, 
mientras afuera el viento 
lleva un poco de barro a cada rosa.

Lejos... la bruma de las olvidanzas 
—humos espesos, tajamares rotos—, 
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean 
los bueyes y los hombres sudorosos.

Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas, 
mordiendo solo todas las tristezas, 
como si el llanto fuera una semilla 
y yo el único surco de la tierra.

jueves, 5 de julio de 2018

Tarde es, amor

El poeta junto a su esposa Yolanda Pina

Volví la frente: estabas. Estuviste
esperándome siempre.
Detrás de una palabra
maravillosa, siempre.
Abres y cierras, suave, el cielo.
Como esperándote, amanece.
Cedes la luz, mueves la brisa
de los atardeceres.
Volví la vida; vi que estabas
tejiendo, destejiendo siempre.
Silenciosa, tejiendo
(tarde es, Amor, ya tarde y peligroso)
y destejiendo nieve…

viernes, 29 de junio de 2018

Las viejas campanas

José María Valverde en 1980.
Oigo viejas campanas que llegan del pasado,
campanas de la tarde en los pueblos tranquilos...
Campanas que no he visto, y ahora están cantándome
desde los dulces valles del pasado difunto.

Venid conmigo, entrad a la sombra que llega.
Cantad, pues sois tan leves que no puede decirse
si sois un sueño muerto o si es que estáis distantes,
porque la lejanía confunde espacio y tiempo.

Éste es el tiempo triste de nacer con recuerdos.
Cuando yo vine al mundo, habían muerto cosas
que he crecido esperando. Y yo no lo sabía,
las suponía cerca, tal vez tras de mi casa,
tal vez tras de esos montes a donde van los pájaros.
Y el rumor del poniente era su voz remota.

No sé, yo no sé qué eran las cosas que esperaba.
Sé que era algo sencillo. Eran dulzuras mínimas.
Quizá mañanas claras, quizá rumor de fuentes,
quizá campos amigos donde Dios paseaba,
o era el amor, a salvo del viento de la historia,
o el conversar despacio de las cosas sabidas...

viernes, 22 de junio de 2018

Me iré sin verte


La lluvia, la interminable lluvia
cae lánguidamente.
Me iré sin verte
Y tú marchas en pos de otra aventura 
que mi pecho presiente.

Me iré sin verte.
He de hacer mi mortaja de esta lluvia
tejida con los oros de occidente.
Me iré sin verte.
Si tu amor conociera mi amargura,
honda como la muerte.
Me iré sin verte.
Entre la lluvia tenue, entre la bruma,
me iré sin verte.

viernes, 15 de junio de 2018

Soy, pero soy también el otro...

Jorge Luis Borges y María Kodama

Soy, pero soy también el otro, el muerto,
el otro de mi sangre y de mi nombre;
soy un vago señor y soy el hombre
que detuvo las lanzas del desierto.
Vuelvo a Junín, donde no estuve nunca, 
a tu Junín, abuelo Borges. ¿Me oyes, 
sombra o ceniza última, o desoyes 
en tu sueño de bronce esta voz trunca? 
Acaso buscas por mis vanos ojos 
el épico Junín de tus soldados, 
el árbol que plantaste, los cercados 
y en el confín la tribu y los despojos. 
Te imagino severo, un poco triste. 
Quién me dirá cómo eras y quién fuiste.

Junín, 1966

viernes, 8 de junio de 2018

Amor desesperado

Desechad tristezas y melancolías.
 La vida es amable, tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar.

Amor. Dibujo de Federico García Lorca.

La noche no quiere venir 
para que tú no vengas 
ni yo pueda ir. 

Pero yo iré 
aunque un sol de alacranes me coma la sien. 
Pero tú vendrás 
con la lengua quemada por la lluvia de sal. 

El día no quiere venir 
para que tú no vengas 
ni yo pueda ir. 

Pero yo iré 
entregando a los sapos mi mordido clavel. 
Pero tú vendrás 
por las turbias cloacas de la oscuridad. 

Ni la noche ni el día quieren venir 
para que por ti muera 
y tú mueras por mí.