viernes, 5 de abril de 2024

Vida implacable



Aquí no termina la áspera vida.
Vienen los anchos vientos, caen las lentas 
puras hojas de otoño, 
sube la sangre al ritmo de su empuje de vida, 
el hombre reconoce su sitio.

Aquí no hay la muralla de la muerte, 
no espera el tedio oscuro, el ancho 
desorden de lo impuro, el duro 
silencio de la nada, aquí vive la vida.

Aquí se siente un duro tic-tac: es el latido 
de la vida que alienta de su dura alegría 
de su rica sustancia que amenaza.
Crece una flor, se oye recorrer los jardines 
una aura, una dolida sombra de viejos huesos 
imperativamente obligatoria, 
unidos al amor que permanece y corre, 
que adelanta la lucha de los días 
bajo el sol y la limpia esperanza 
de este sitio colmado 
por la vida implacable.

Sarandy Cabrera

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