viernes, 29 de mayo de 2020

Destino


Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.

Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere 
un olvido, una ausencia, a veces menos. 

Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia 
de respirar con un pulmón ajeno! 

El aire no es bastante 
para los dos. Y no basta la tierra 
para los cuerpos juntos 
y la ración de la esperanza es poca 
y el dolor no se puede compartir. 

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra. 

¡Ah! pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza. 

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve 
- antes que lo devoren - ( cómplice, fascinado ) 
igual a su enemigo. 

Damos la vida sólo a lo que odiamos.

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