lunes, 7 de julio de 2014

Tú no necesitas temer


Temo tus besos, dulce dama.
Tú no necesitas temer los míos;
Mi espíritu va tan hondamente abrumado,
Que no puede agobiar el tuyo.

Temo tu porte, tus modos, tu movimiento.
Tú no necesitas temer los míos;
Es inocente la devoción del corazón
con la que yo te adoro.

(4 de agosto de 1792 - 8 de julio de 1822)

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