lunes, 23 de junio de 2014

¡Bienvenido invierno!



El señor invierno
llegó de repente
de poncho, bufanda,
paraguas y lentes.

Ayer lo trajeron
como pasajero
las locomotoras
de los maniseros.

Se queda mirando
llover a torrentes 
con un cucurucho
de maní caliente.

Se va por los campos
comiendo naranjas,
poniéndole piso
de vidrio a las zanjas.

Y un sapo se lleva
un susto profundo
por lo resbaloso
que se ha vuelto el mundo.

Y el sol sale tarde
todas las mañanas...
Qué suerte que puede
quedarse en la cama...

(Uruguay, 11 de octubre de 1920, 4 de mayo de 2005)

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