viernes, 21 de marzo de 2014

Entre un hola y un adiós

Te sienta bien el otoño
qué gusto volverte a ver,
¿me recuerdas?, soy el plomo
que por el '73
investigó tus costumbres,
y registró tu intimidad
para coincidir contigo,
como por casualidad.

Aquel que cuando la tarde
amenazaba llover,
te esperaba con el alma
prendida de un alfiler,
para abrirte su paraguas
y con él su corazón,
el que te decía 'hola'
y al que decías 'adiós'.

Cuántos metros soñolientos
habré dejado escapar,
por atravesar contigo
las tripas de esta ciudad
para volar en tu enjambre
por tener algo en común,
me amigué con tus amigos
conservo algunos aún.

Vencí el vértigo a las cumbres
por llegar a tu nivel,
y por rozarte el vestido
hacía cualquier papel.
Cuántas volteretas vanas
para llamar tu atención,
sólo por decirte 'hola'
y oírte decir 'adiós'.

Me halaga que me recuerdes
como tu primer amor,
aunque tal vez me confundes
con algún otro señor.
Soy el que hacía la cola
para cederte la vez,
quien por ofrecerte agua
cruzó desiertos a pie.

El que ponía los discos
cuando querías bailar,
por mas que alargué los brazos
nunca te llegué a tocar.
El que guarda tu recuerdo
como un regalo de Dios,
en el libro de los sueños
entre un 'hola' y un 'adiós'.

Joan Manuel Serrat

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