lunes, 26 de agosto de 2013

Cortázar y 50 años de un clásico precursor

"Oh mi amor, te extraño, me dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacío me entrara en el pecho donde ya no estás."

(Bruselas, 26 de agosto de 1914-París, 12 de febrero de 1984)


Un día como hoy pero del año 1914 nacía el genial escritor Julio Cortázar, quien hace cincuenta años publicaba su obra Rayuela, la cual marcó una revolución literaria en cuanto a su innovador estilo precursor del hipertexto.

Sus frases, textos y pensamientos, repletos de poesía y reflexión, son una fuente cotidiana de inspiración y arte, dignas de celebrar y recordar en todas sus expresiones.

Es  por ello que hoy, ante un nuevo aniversario de su llegada a este mundo, lo recordamos con uno de sus breves relatos en su propia letra y voz.

Esperamos les guste y conozcan un poco más Julio Cortázar.

Aplastamiento de las gotas


    Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. 
    Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

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