martes, 1 de septiembre de 2015

Invierno y barro


Sé que, por mucho fuego que ahora ponga, 
la adolescencia transcurrió conmigo 
y del fragor de sus mitologías, 
frente a los altos muros combatidos, 
sólo quedaron evidencias vagas, 
ecos ahogados bajo el cielo efímero. 
Mas removiendo a fondo estas cenizas 
regresa a veces un fervor perdido 
y unos focos alumbran a intervalos 
el aguacero en el suburbio, al filo 
de la honda madrugada. ¿Vuelves tú, 
difuminada imagen de mí mismo,
vuelves apenas a entregarme sólo 
la ambigüedad al fin, no el contenido 
tenaz de aquellos años sin fronteras 
en que íbamos descalzos, insumisos, 
y era verdad la vida solidaria 
aun con invierno y barro en los caminos?
Pues fracasó la realidad de entonces, 
no sucumba el poema, no haya olvido.


junio 1938 - agosto 2015

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