Unas veces el cambio se preparaen forma subterránea pero estallade modo brusco, abierto:nova en el cielogrieta en la tierrainundación de luz en plena nochelengua de fuegoasoma sorpresivamente en la miradadel otro, vuelto Otro, vuelto ajeno.Otros cambios se gestanimperceptiblemente.De una oscura manerade un modosilenciosolo que no estaba está y lo que estabaes destruido.Pero tan gradualmenteque siempre quedan restos:de la mirada, algunachispaalguna vez.De la voz, algún eco(palabra no enfriadatodavía).Circe Maia
viernes, 7 de marzo de 2025
Cambios
jueves, 27 de febrero de 2025
No rechaces los sueños por ser sueños
viernes, 21 de febrero de 2025
Esperanzas
Y a veces pienso que sí;que el mundo florecerá.Sobre el limoy el agrio dolor humanoflorecerá.Un ruso, un americano,un francés, un alemántodos juntos, de la manobailarán.Un chino y un africanobailarán.La Humanidadcomo un trompo de esperanzasbailará.El Amor Universallo hará girar.Sobre las ruinas de imperioslo hará girar;sobre el odio de las razaslo hará girar.Hasta el rico y hasta el pobrebailarán;hasta el necio y hasta el sabiobailarán;hasta el vivo y hasta el muertobailarán.Esa ronda fraternalcomo un gran tropo de floresbailarán... ¿Bailarán? ¡Bailarán!.Hyalmar Blixen
viernes, 14 de febrero de 2025
Campo
Federico García Lorca
viernes, 7 de febrero de 2025
Esquila
Ahí
vino y me tocó el hombro
la mano del vellonero;
una ficha
pa' mi lata
y un vellón, pa'l estanciero.
Está
linda la majada,
mucha suarda bien sudada,
y la tijera
dispara
como una boga en el agua.
Hoy
esquilé ciento treinta,
vellón, barriga y garreo;
y de
barrerme la cancha
se me cansó el benteveo.
¡Jue
pucha, bicho pesa'o!,
rezonga el agarrador,
y a contraluz
en la bolsa,
malambea el embolsador.
Ahí
vino y me tocó el hombro
la mano del vellonero;
otra ficha
pa' mi lata
y un vellón, pa'l estanciero.
Es
la vida del zafrero,
mucho sudor, poca plata,
muchos
cuentos y promesas,
pa' seguir viviendo a gatas.
Yo
sé doblar la cintura,
pero no doblo el cogote,
ni ando
buscando comparsa
pa' salir a dar chicote.
Ahí
vino y me tocó el hombro
la mano del vellonero;
otra ficha
pa' mi lata
y otro vellón... de mi cuero.
Alfredo Zitarrosa
viernes, 31 de enero de 2025
El Seibo
Yo tengo mis recuerdos asidos a tus hojas,
yo te amo como se ama la sombra del hogar,
risueño compañero del alba de mi vida,
seibo esplendoroso del regio Paraná.
Las horas del estío pasadas a tu sombra,
pendiente de tus brazos mi hamaca guaraní,
eternas vibraciones dejaron en mi pecho,
tesoro de armonías que llevo al porvenir.
Y muchas veces, muchas, mi frente enardecida,
tostada por el rayo del sol meridional,
brumosa con la niebla de luz del pensamiento,
buscó bajo tu copa frescura y soledad.
Allí, bajo las ramas nerviosas y apartadas,
teniendo por doseles tus flores de carmín,
también su hogar aéreo suspenden los boyeros,
columpio predilecto del céfiro feliz.
Se arrojan en tus brazos, pidiéndoles apoyo,
mil suertes de lanas de múltiple color;
y abriendo victorioso tus flores carmesíes,
guirnalda de las islas, coronas su mansión.
Recuerdo aquellas ondas azules y risueñas
que en torno repetían las glorias de tu sien,
y aquellas que el pampero, sonoras y tendidas,
lanzaba cual un manto de espumas a tu pie.
Evoco aquellas tardes doradas y tranquilas,
cargadas de perfumes, de cantos y de amor,
en que los vagos sueños que duermen en el alma
despiertan en las notas de blanda vibración.
Entonces los rumores que viven en tus hojas,
confunden con las olas su música fugaz,
y se oyen de las aves los vuelos y los roces,
vagando entre las cintas del verde totoral.
¡Momentos deliciosos de olvido, de esperanza!
¡Destellos que iluminan la hermosa juventud!
¡Aquí es donde se sueña la virgen prometida
y es lumbre de sus ojos la ráfaga de luz!
Amigo de la infancia, te pido de rodillas
que el día en que a mi amada la sirvas de dosel,
me des una flor tuya, la flor mejor abierta,
para ceñir con ella la nieve de su sien.
¡Que nunca Dios me niegue tu sombra bienhechora,
seibo de mis islas, señor del Paraná!
¡Que pueda con mis versos dejar contigo el alma
viviendo de tu vida, gozando de tu paz!
¡Ah! ¡Cuando nada reste de tu cantor y seas
su solo monumento, su pompa funeral,
yo sé que en la corteza de tu musgoso tronco
alguna mano amiga mi nombre ha de grabar!
Rafael Obligado
1851-1920
Aclaración: El Seibo_ título original del autor
viernes, 24 de enero de 2025
Canción
Tu mano era mi mano desde siempre,tu voz mi voz, y yo no lo sabía.Anduve con tu sombraal lado de la míapor mortales caminosy celestes orillas.Eras un sueño en busca de mi frentepara nacer, y yo no lo sabía.Ya mis ojos usaron la bellezay fueron en sedienta cacería—con su lastimadurade límites y aristas—al pámpano desnudoy a la rosa vestida,buscándote desde los miradorescon el Amor—Que—Todo—Lo—Imagina.Cuando tú fuiste la increíble imagenyo era la sed y el vaso y la bebida.Las puertas y los frascos,cubiertos de ceniza,guardaban el perfumede la melancolía,mientras los palomares te esperabancon el Amor—Que—Nada—Te—Imagina.Aunque la providencia me negarael alimento para la alegría,aunque me entristecierasla intemperie divinacon pájaros calladosy sombras pensativas,aunque olvidaras, aunque no existieras,mi corazón igual te cantaría.
María Elena Walsh