El mundo se ha tornado frágil
como una copa de cristal,
las ciudades y las montañas
y el mismo océano natal.
Tan vulnerable es una roca
como una rosa en su rosal,
y duda y tiembla a nuestros pasos
la arena, arena del playal.
Tan presto puede todo hundirse
que si la miras ya no alcanza.
La tierra se ha hecho tan insólita
que no devuelve la esperanza.
Viejo, muchacha, niño sube
cada uno a salvarse en su nube
pues que no hay ya asilo seguro
en lo sólido y en lo duro.
Jules Supervielle
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