martes, 5 de enero de 2016

Los Reyes Magos



-¡Si vos no te portás bien, 
le digo a los Reyes Magos 
que te dejen sin regalo 
y te quedás sin el tren!... 
Es que mi vieja, también, 
un poco se aprovechaba... 
porque esa noche llegaban 
los tres Reyes de Belén 

La carta la había mandado 
sin faltas de ortografía, 
así los reyes veían 
de que era un chico aplicado. 
Hice todos los mandados, 
me lavé hasta las orejas, 
porque ese día mi vieja 
me tenía acorralado. 

La luna hacía brillar 
el lustre de mis zapatos... 
y si ellos fueran chicatos 
¿quién les podía avisar? 
Por eso al irme a acostar, 
puse la almohada a los pies 
y me acosté del revés 
para poder vigilar... 

¡Cuando mas lo precisaba 
me vengo a quedar dormido! 
Me desperté a los maullidos 
del gato de la encargada... 
Ya entraba la madrugada 
de un radiante seis de Enero, 
y un trencito, el más diquero, 
del umbral me saludaba... 

Lo habían dejado de frente 
ya listo para marchar... 
con él me iba a despertar 
a mi madre alegremente 
¡Qué alegría que uno siente! 
-explicarlo yo no puedo- 
¡unas ganas de ser bueno, 
de ser bueno hasta la muerte! 

Al que dejaron sin nada 
fue al hijo de la de al lado... 
¡Cómo se habrían olvidado! 
Siempre "muy bueno" sacaba... 
Con nosotros no jugaba 
porque en seguida tosía, 
y los reyes no sabían 
que el padre no trabajaba... 

Yo comprendí su dolor 
cuando me vio con el tren: 
se acercó a mirarlo bien 
y después lo acarició.... 
A mí me daba calor 
de que me viera jugar 
y en casa lo invité a entrar 
y él también se divirtió... 

¡Cuántos Reyes han pasado 
por la puerta de mi vida, 
y a ml alma dolorida 
cuántas veces la he dejado 
como un zapato gastado 
esperando a su Melchor, 
que le dejara el amor 
para un mundo envenenado! 

Esta noche por los cielos 
llegarán los Reyes Magos; 
vendrán trayendo regalos 
a los chicos que son buenos, 
pero hay otros pibes buenos 
en otro lado de la tierra, 
que por culpa de una guerra.. 
¡no han de pasar los camellos! 

Señor: yo aprendí a rezar 
arrodillado con mi vieja; 
si nunca te fui con quejas 
hoy me tenés que escuchar: 
¿Por qué tienen que pagar 
esos pibes inocentes, 
de que en el mundo haya gente 
que sólo piensa en matar? 

Ellos ¿qué saben de guerras?... 
¡ellos quieren Reyes Magos! 
¡y ellos en vez de regalos 
tienen un miedo que aterra! 
Si vos pararas la guerra, 
pasarían los camellos. 
¡Yo te lo pido por ellos! 
¡por los pibes de mi tierra! 

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