"...Me niego a aceptar la idea de que el hombre es solo restos y desechos en el río de la vida, e incapaz de influir en el curso de los acontecimientos que lo rodean. Me niego a aceptar la idea de que la humanidad está trágicamente vinculada a la opaca medianoche del racismo y de la guerra, que hacen imposible alcanzar el amanecer de la paz y la fraternidad.
Me niego a aceptar la cínica idea de que nación tras nación deben caer en una espiral militarista al infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán la última palabra en la realidad.
Esta es la razón por la que el derecho temporalmente derrotado es más fuerte que el mal triunfante. Creo que incluso hoy, en medio de ráfagas y el mortífero sonido de las balas, no hay que perder la esperanza de un mañana más brillante.
Creo que la justicia herida, postrada en las sangrientas calles de nuestras naciones, puede ser levantada de este polvo de vergüenza para reinar entre los hijos de los hombres. Tengo la audacia de creer que los pueblos de todo el mundo pueden tener tres comidas al día para sus cuerpos, educación y cultura para sus mentes, y dignidad, igualdad y libertad para sus espíritus. Creo que lo que los hombres egocéntricos han derribado, los hombres centrados pueden levantarlo..."
Fragmento del Discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz de Martin Luther King
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