Tiemblan las cuerdas del sonoro piano
A impulsos leves de tu diestra mano,
Y mezclando el amor en sus sonidos
Del corazón suspendes los latidos:
Pero suena tu voz, y al dulce acento,
Mi alma arrobada entre deleite siento,
Sigue sonando y transportado miro
Mi alma en el cielo, y de placer suspiro.
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(2 de diciembre de 1817 – agosto de 1871)
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