lunes, 16 de mayo de 2011

La biblioteca infinita



"El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y
tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio,
cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y
superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte
anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura,
que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres
da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas. A
izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite dormir de
pie; otro, satisfacer las necesidades finales. Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma
y se eleva hacia lo remoto. En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las
apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si
lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies
bruñidas figuran y prometen el infinito... La luz procede de unas frutas esféricas que
llevan el nombre de lámparas. Hay dos en cada hexágono: transversales. La luz que
emiten es insuficiente, incesante..."

De "La Biblioteca de Babel" de Jorge Luis Borges

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