Con menta y con llantén llega el Otoño,
nuestro Otoño del Sur: verdes limones,
gravidez del naranjo, Abril bisoño,
últimas uvas dándose encontrones
con las primeras, agrias mandarinas.
La chaqueta de tweed cobra derecho
de maternal auxilio, en las esquinas
donde el picante viento está en acecho,
y retorna la cálida dulzura
de la casa abrigada, la ternura
del fuego, de la manta bien tejida,
el amor de los seres que guardamos,
y la vigencia de los duendes, amos
de las menudas gracias de la vida.
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