“La mar en medio y tierras he dejado
de cuanto bien, cuitado, yo tenía;
y yéndome alejando cada día,
gentes, costumbres, lenguas he pasado.”
Te llama la sirena de los muertos,
te queman con su lengua de aguaviva,
con sus cuerpos de anémona y corales
la mar te los devuelve cada día.
Y los vuelves a ahogar otra mañana
yéndote alejando, los pies heridos,
taparás con ahínco tus oídos
e implorarás el mástil del olvido.
El Poeta no está adentro ni afuera
y aunque escriba cuartetos alegóricos
no han cambiado gentes, costumbres, lengua,
sólo la mar en medio lo condena
a grabar en la arena el último poema.
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