Los libros y el cine ya tienen 100 años de relación, pero aún hoy en día dicha relación suele ser conflictiva en el sentido de ¿qué es mejor, el libro original o su adaptación a película?
Desde los inicios del cine, la literatura ha servido como fuente de inspiración para la creación de guiones que luego son proyectados en la pantalla grande. El primer ejemplo de un libro hecho película data del año 1910, cuando el cine mudo vio la llegada del monstruo Frankenstein.
“Lo que el viento se llevó” (1939) es otra historia de éxito, basada en la novela homónima de Margaret Mitchell. Y ya es un clásico "El Padrino", inspirada en la novela escrita por el italoamericano Mario Puzo.
Desde los inicios del cine, la literatura ha servido como fuente de inspiración para la creación de guiones que luego son proyectados en la pantalla grande. El primer ejemplo de un libro hecho película data del año 1910, cuando el cine mudo vio la llegada del monstruo Frankenstein.
“Lo que el viento se llevó” (1939) es otra historia de éxito, basada en la novela homónima de Margaret Mitchell. Y ya es un clásico "El Padrino", inspirada en la novela escrita por el italoamericano Mario Puzo.
Con aciertos y decepciones han sido aceptadas algunas filmografías producto de la fusión de estas artes, encontrándose algunos de los ejemplos de esos tan mentados "guiones" en nuestra Biblioteca Recreativa. Dentro de las últimas incorporaciones podemos mencionar: "Harry Potter”, “El Perfume”, "Cometas en el cielo", "Mil soles espléndidos" y "Fahrenheit 451".
Las opiniones siempre son encontradas, los partidarios de los libros suelen opinar que “la película no abarcó la historia completa”, “distorsionó la historia real” o “recomiendan leer la novela primero”. Sin embargo, también existen libros que dadas sus características resulta atractivo pensar como se vería en celuloide; tal es el caso de la obra de la escritora española Matilde Asensi, quien se ha negado a ceder sus derechos al cine; mientras tanto podemos leer su "Iacobus" recientemente incorporado a nuestra colección.
Lo cierto es que, como reza José Saramago en su obra "Caín", ahora en nuestra Biblioteca: "Qué diablo de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín". Literatura y cine actualmente son complementarios, luego de un siglo de historia ambos poseen identidad propia y, por lo tanto, deben ser valorados según sus recursos; ya que si bien una imagen vale más que mil palabras, la imaginación que vuela entre las páginas de un libro todo lo puede.
De regalo les dejamos esta escena de la película "Fahrenheit 451", en la cual se presenta la destrucción de una biblioteca en un futuro incierto, donde leer está penado porque se cree que impide la felicidad... ¿no tiene algo de similitud con "El nombre de la rosa" de Umberto Eco?
Excelente artículo! Interesante y muy buena la conexión con los libros de Biblioteca.
ResponderEliminar¡¡Felicitaciones!