Hoy se recuerda el nacimiento de Akira Yoshizawa, padre del Origami moderno. ¿Quién de nosotros no ha probado con plegar papel para obtener una forma cualquiera? Un barco, un avión, un abanico... pero hay quienes tienen la destreza de lograr algo más complejo, realizando el verdadero arte del origami o papiroflexia.
Este antiguo arte milenario japonés también forma parte de leyendas y movimientos mundiales por la paz, lo cual es muy importante de recordar ya que la voluntad de amor y esperanza de muchos puede mover montañas.
Todo da comienzo en la historia de Sadako Sasaki, una de las niñas que no murió el día de la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima, pero que sí enfermó de leucemia por la radiación atómica.
Al saber de su enfermedad una amiga suya intentó animarla contándole la leyenda de las mil grullas de papel. La tradición japonesa dice que se concederá un desea a aquella persona que consiga doblar mil grullas de papel como recompensa por el esfuerzo y la concentración para lograrlo.
Sadako comenzó a doblar grullas intentando conseguir su deseo de curarse mágicamente, pero no lo logró. Murió en 1955 con 644 grullas plegadas.
Conmovidos, sus amigos y compañeros de la escuela se propusieron terminar de plegar las mil grullas como homenaje a su dedicación, y volverlas a plegar cada año para recordarla, además de difundir su historia.
También fue realizada una estatua de Sadako con una grulla, que hoy está en el Parque de la Paz de Hiroshima, bajo la cual reza: "Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria: paz en el mundo".
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas y el origami se convirtieron en símbolos de paz. Y es así que cada 6 de agosto el mundo se viste de grullas de papel.
En estos días en que la violencia germina, ¿te animas a hacer tu propia grulla?. Si quieres saber cómo en la Biblioteca Recreativa tenemos un libro de papiroflexia que te dará la respuesta.
¡Te esperamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario