viernes, 12 de diciembre de 2025
Si los cuentos no se cuentan
Si los cuentos no se cuentan
pronto se van olvidando;
palabras sobre la arena
que la marea ha borrado.
El olvido es como un virus
que al disco duro devora
y toda la información
en un instante se borra.
Si los cuentos no se cuentan
dejan de existir las hadas,
los dragones, los vampiros
los duendes y los piratas.
Y no hay pasajes secretos
ni cuevas maravillosas
ni castillos encantados
ni una isla misteriosa.
Si los cuentos no se cuentan
se destierra la poesía
del país de nuestra infancia:
País de la Fantasía.
Por favor, cuéntame un cuento
y vuélvemelo a contar,
no vaya a ser que se pierda
a la orilla del mar.
Ana Rossetti
viernes, 5 de diciembre de 2025
Te me moriste
Hoy he regresado a esta tierra ahora cruel. Nuestra tierra, padre. Y todo como si continuase. Ante mí, las calles barridas, el sol ennegrecido de luz limpiando las casas, blanqueando la cal; y el tiempo entristecido, el tiempo parado, el tiempo entristecido y mucho más triste que cuando tus ojos, claros de niebla y marejada lejana fresca, devoraban esta luz ahora cruel, cuando tus ojos hablaban alto y el mundo no quería ser más que existir. Y, sin embargo, todo como si continuase. El silencio fluvial, la vida cruel por ser vida. Como en el hospital. Decía nunca te olvidaré, y hoy lo recuerdo.
José Luís Peixoto
viernes, 21 de noviembre de 2025
Autodefinición
Soy Teresa Wilms Montt
y aunque nací cien años antes que tú,
mi vida no fue tan distinta a la tuya.
Yo también tuve el privilegio de ser mujer.
Es difícil ser mujer en este mundo.
Tú lo sabes mejor que nadie.
Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida.
Destilé mujer.
Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme, grité.
Cuando me golpearon, contesté.
Fui crucificada, muerta y sepultada,
por mi familia y la sociedad.
Nací cien años antes que tú
sin embargo te veo igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt,
y no soy apta para señoritas.
Teresa Wilms Montt
viernes, 14 de noviembre de 2025
Soñar, siempre soñar
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| Papilla estelar / Remedios Varo. |
Has jugado y perdiste, eso es la vidaEl ganar o perder no importa nada;lo que importa es poner en la jugadauna fe jubilosa y encendidaTodo lo amaste y todo sin medida¿Cómo puedes sentirte defraudadasi fuiste por amor crucificadacon un clavo de luz en cada herida?Sobre urdimbres de olvido van tejiendolanzaderas de ensueño otra esperanzade un morir cotidiano renaciendoporque un nuevo entusiasmo nos transportaa otro ensueño entrevisto en lontananzay en la vida, el soñar, es lo que importa.Lucía Sánchez Saornil
viernes, 7 de noviembre de 2025
Busco la palabra
Quiero definirlos en una sola palabra:¿Cómo son?Tomo las palabras corrientes, robo delos diccionarios,mido, peso e investigo.NingunarespondeLa más valiente – cobarde,La más desdeñosa – aún santaLa más cruel – demasiadomisericordiosa,La más odiosa - poco porfiada.Esta palabra debe ser como un volcán,que pegue, arrastre y derribe,como la temerosa ira de Dios,como el hervor del odio.Quiero que ésta una sola palabraesté impregnada de sangre,que como los muros del calabozoencierre en sí cada tumba colectiva.Que describa precisa y claramentequienes eran - todo lo que pasó.Porque lo que oigo,lo que se escribe,resulta poco,siempre poco.Nuestra habla es endeble,sus sonidos de pronto - pobres.Con empeño busco ideas,busco esta palabra -y no la encuentro.No la encuentro.Wislawa Szymborska
viernes, 31 de octubre de 2025
Eterna sombra
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| Miguel Hernández por Antoni Miró, 2012 |
Yo que creí que la luz era míaprecipitado en la sombra me veo.Ascua solar, sideral alegríaígnea de espuma, de luz, de deseo.Sangre ligera, redonda, granada:raudo anhelar sin perfil ni penumbra.Fuera, la luz en la luz sepultada.Siento que sólo la sombra me alumbra.Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.Seres. Volúmenes. Cuerpos tangiblesdentro del aire que no tiene vuelo,dentro del árbol de los imposibles.Cárdenos ceños, pasiones de luto.Dientes sedientos de ser colorados.Oscuridad del rencor absoluto.Cuerpos lo mismo que pozos cegados.Falta el espacio. Se ha hundido la risa.Ya no es posible lanzarse a la altura.El corazón quiere ser más de prisafuerza que ensancha la estrecha negrura.Carne sin norte que va en oleadahacia la noche siniestra, baldía.¿Quién es el rayo de sol que la invada?Busco. No encuentro ni rastro del día.Sólo el fulgor de los puños cerrados,el resplandor de los dientes que acechan.Dientes y puños de todos los lados.Más que las manos, los montes se estrechan.Turbia es la lucha sin sed de mañana.¡Qué lejanía de opacos latidos!Soy una cárcel con una ventanaante una gran soledad de rugidos.Soy una abierta ventana que escucha.por donde va tenebrosa la vida.Pero hay un rayo de sol en la luchaque siempre deja la sombra vencida.
Miguel Hernández
viernes, 24 de octubre de 2025
No me pidan razones
No me pidan razones, no las tengo,
O daré cuantas quieran: bien sabemos
Que razones son palabras, todas nacen
De las mansas falsedades que aprendemos.
No me pidan razones para entender
La marea rebelde que me llena el pecho.
Mal en este mundo, mal con esta ley:
No hice yo la ley ni el mundo acepto.
No me pidan razones, o que las disculpe,
De este modo de amar y destruir:
En la más oscura noche es donde amanece
El color de primavera, el porvenir.
José Saramago
viernes, 17 de octubre de 2025
A cántaros
Tú y yo muchacha estamos hechos de nubespero ¿quién nos ata?Dame la mano y vamos a sentarnosbajo cualquier estatuaque es tiempo de vivir y de soñar y de creerque tiene que llovera cántaros.Estamos amasados con libertad, muchacha,pero ¿quién nos ata?Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitiopreparada tu marcha.Hay que doler de la vida hasta creerque tiene que llovera cántaros.Ellos seguirán dormidosen sus cuentas corrientes de seguridad.Planearán vender la vida y la muerte y la paz.¿Le pongo diez metros, en cómodos plazos, de felicidad?Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncianque la siesta se acabay que una lluvia fuerte sin bioenzimas, claro,limpiará nuestra casa.Hay que doler de la vida hasta creerque tiene que llovera cántaros.
Pablo Guerrero
viernes, 10 de octubre de 2025
La isla
A Jorge Salerno
Un círculo de odio y de basuracerca la isla dondeen vos se muere una vez más el hombreentero y puroy soloy mira y deja y hace que te muerasmientras cada vez menos latiendola corta dulce vida que se escapala tibia vida que se bebe el suelo.Un pobre sucio triste río de odiote rodea y te deja morir solo.Pero nopero tú no te estás muriendo solotúlos otros él túlos muertos solosarropados de amor de pena estánmuriéndose en nosotros para siempre.Idea Vilariño
viernes, 3 de octubre de 2025
La leyenda de la flor de ceibo
Me lo dijo un indio viejo y medio brujo;
que se santiguaba y adoraba al sol:
los ceibos del tiempo en que yo era niño
no lucían flores rojas como hoy.
Pero, una mañana sucedió el milagro
-es algo tan bello que cuesta creer-
con la aurora vimos el ceibal de grana,
cual si por dos lados fuera a amanecer.
Y era que la moza más linda del pago,
esperando al novio, toda la velada,
por entretenerse se había pasado
la hoja de un ceibo por entre los labios.
Entonces los ceibos, como por encanto,
se fueron tiñendo de rojo color...
Tal lo que me dijo aquel indio viejo
que se santiguaba y adoraba al sol.
Fernán Silva Valdés
viernes, 26 de septiembre de 2025
Evocación
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| Terraza de café por la noche / Vincent van Gogh |
Aquel café de barrio, destartalado y frío,
testigo silencioso de nuestras confidencias,
extremo de rigores, conjunto de inclemencias,
que sólo caldeaban tu corazón y el mío.
Viejo café de barrio, adonde yo acudía,
donde tú me esperabas con el alma impaciente,
y cada vez, al verme, coronaba tu frente
con un halo de luz la fugaz alegría.
Con nostálgico afán en vano te he buscado
queriendo en tus vestigios revivir un pasado
que inexorablemente para mí se ha perdido.
Nadie de ti sabía, todo estaba cambiado:
tus muros, tu recinto, la sombra de Machado
como un girón de niebla han desaparecido.
Pilar de Valderrama
viernes, 19 de septiembre de 2025
Primavera I
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| Corona de novia en el parque de Fagro |
A veces en que estamos sobre el mundo
para ver la espantable maravilla,
en que vemos nacer la primavera
bajo un grito mortal, como los niños.
Hay veces tan difíciles, y estamos
de pie, en la irrespirable tolerancia
de la tierra, entre luces de peligro,
comiéndonos las uñas, escribiendo
una letra con tierra sobre el cielo,
para vernos el hasta dónde, el hasta
cuándo, y vernos a veces como muertos
con los huesos floridos, así reyes
yacentes y enjoyados. Para vernos.
Y hay veces entre otras, tan serenas,
en que vamos de sombra, y no se ve.
Amanda Berenguer
viernes, 12 de septiembre de 2025
Romeo de hogaño
![]() |
| Los amantes, René Magritte, 1928 |
No me sirven estos ojos para mirarte
son demasiado tímidos y miopes
habrá que adiestrarlos para que te lean
cuando sonríes desde tu neblina
No me sirven estos ojos porque parpadean
y a ti hay que mirarte sin tregua ni respiro
ya que de lo contrario eliges diluirte
en suspiros presagios y distracciones
y entonces nadie sabe a dónde te escabulles
No me sirven estos ojos porque a veces
a pesar de mi oficio de nictálope
no puedo adivinarte en tu balcón
cuando asumes la pena y el fracaso
de esta boca que no llega a tu boca
No me sirven estos ojos ni esta linterna
ni aún este sencillo proyecto de lujuria
a lo mejor no estás, a lo peor no existes
Julieta favorita de mis huesos antiguos
quimera de mi afán y mi acabose
Mario Benedetti
viernes, 5 de septiembre de 2025
A las diez de la noche
De noche, tal vez a las diez, a las doce
la soledad recobra su cara de cadáver,
frente al solitario plato, como una luna, plana
el cubierto golpea su metal desolado.
Yo y mi sombra y mi hambre de amor y de manos
mi sed de palabras.
A las diez de la noche el reloj es tan nítido
que el corazón llora pausado sus mil tardes.
A las diez, a las doce, un silencio sin nada
nos dice tristemente de todos nuestros muertos
de una angustia tan honda de puñales y clavos
y de una desesperada necesidad de algo.
Pero el cuerpo está tibio y el teléfono calla
nadie dice el nombre que siempre nos nombraba
el amor, un amigo, aquel árbol, la calle,
un domingo, un regreso, una perdida carta.
Llamo a un número a ciegas, a un nombre
que no es nada.
Nadie está a las diez de la noche.
Alba Roballo
viernes, 29 de agosto de 2025
Agosto, Santa Rosa
Una lluvia de un día puede no acabar nunca,
puede en gotas,
en hojas de amarilla tristeza
irnos cambiando el cielo todo, el aire,
en torva inundación la luz,
triste, en silencio y negra,
como un mirlo mojado.
Deshecha piel, deshecho cuerpo de agua
destrozándose en torre y pararrayos,
me sobreviene, se me viene sobre
mi altura tantas veces,
mojándome, mugiendo, compartiendo
mi ropa y mis zapatos,
también mi sola lágrima tan salida de madre.
Miro la tarde de hora en hora,
miro de buscarle la cara
con tierna proposición de acento,
miro de perderle pavor,
pero me da la espalda puesta ya a anochecer.
Miro todo tan malo, tan acérrimo y hosco.
¡Qué fácil desalmarse,
ser con muy buenos modos de piedra,
quedar sola, gritando como un árbol,
por cada rama temporal,
muriéndome de agosto!
Ida Vitale
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