El libro es el telescopio
con el que se ve el infinito,
y la estrella, el aerolito
y nuestro planeta propio:
es también el microscopio
que en una mínima gota
nos hace ver como flota
un orbe a todos igual,
que es del coro universal,
una bellísima nota.
El libro es fuerza, es valor,
es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento
y manantial del amor.
El libro es llama, es ardor,
es sublimidad, consuelo,
fuente de vigor y celo,
que en sí condensa y encierra
lo que hay de grande en la tierra,
lo que hay de hermoso en el cielo.
Rubén Darío
(18 de enero de 1867- 6 de febrero de 1916)
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